10 de diciembre
POR LOS DERECHOS HUMANOS,
POR LA LIBERTAD Y SOBERANÍA DE
LOS PUEBLOS
En 1950, la Asamblea General
de las Naciones Unidas proclamó el 10 de diciembre como Día de los Derechos
Humanos, proponiendo la Declaración Universal de Derechos Humanos como
ideal común de todos los pueblos y todas las naciones. Vemos este día como
propicio para denunciar su incumplimiento.
En los últimos años, las políticas de austeridad impulsadas desde la
Unión Europea , arrasando con los logros sociales y
políticos arrancados por décadas de luchas obreras y populares, han supuesto
dolorosos retrocesos en los derechos sociales y laborales, afectando
principalmente a los colectivos más vulnerables: recortes del gasto público en
sanidad, educación y servicios sociales; pérdida de capacidad adquisitiva de
pensiones y salarios; introducción de repagos
en los servicios públicos; reducción de fondos destinados a la igualdad de
género, a la prevención de la pobreza y exclusión social, la casi desaparición
de la ayuda al desarrollo, etc. Unas políticas antisociales que nos han llevado
al aumento de la pobreza familiar -que afecta
dramáticamente a 2,3 millones de niños y niñas, condicionando su desarrollo
físico, social, educativo y cultural.
Todo ello ha venido acompañado de un aumento del gasto militar y una mayor
implicación de la UE y de España en la criminal alianza de la OTAN, que usa cada día más el flagelo de la guerra para
convertir en tierra quemada el hogar de pueblos enteros.
Crecen la
pobreza, el paro y los desahucios; se recortan subsidios, se desmantela la Ley de
dependencia. Mientras, la riqueza no deja de aumentar, concentrándose siempre en
las mismas manos.
El sistema
capitalista muestra una y otra vez su incapacidad para garantizar los derechos
económicos, sociales o culturales, lo que se refleja en leyes insuficientes, siguiendo
las limitaciones de la Constitución
del 78, reformada para garantizar los intereses del capital, blindando el pago
de la deuda.
Las libertades se vienen recortando una tras otra. Se aplica el
Código Penal para perseguir más duramente la participación en una huelga; se
plantea su reforma para endurecer los castigos; se lleva adelante una Ley llamada
de Protección de la
Seguridad Ciudadana , que introduce toda una serie de faltas
y delitos imputables nuevos imputables a manifestantes y un incremento de las sanciones. Se
continúa “criminalizando la protesta”, diluyendo libertades civiles y
políticas.
La llamada
Transición, con la que se transmutó la
dictadura franquista en democracia limitada, no sólo supuso dejar sin castigo
los crímenes del franquismo, sino que mantuvo la práctica de la tortura y los
malos tratos o puso limitaciones a los derechos de reunión y asociación,
salvaguardando intactos los aparatos judicial y policial.
El recorte de derechos se ceba intensamente en la población inmigrante, excluida de la
sanidad pública, recluida en los CIEs o apaleada en la Valla de Melilla. Ello
constituye un buen barómetro de la situación de los Derechos Humanos en el Estado
Español.
En este día no
podemos dejar de mirar hacia el exterior y recordar, especialmente, la
situación que viven dos pueblos que ocupan un especial lugar en el corazón del
pueblo canario: Sáhara y Palestina.
En
el Sahara Occidental es sistemática la
violación de los DDHH: represión, arrestos arbitrarios, desapariciones
forzadas, secuestros, fosas comunes, negación de libertad de expresión, circulación y
asociación. Los presos políticos son
víctimas de gravísimas e irregulares condenas, como la
sentencia dictada por el tribunal militar marroquí contra los 25 civiles
activistas de Derechos Humanos del campamento de Gdeim Izik.
Marruecos saquea los
recursos naturales de un territorio pendiente de descolonización. Mantiene muros militarizados de más de
2.700km de extensión que dividen la
tierra y a la población, con millones de minas antipersonas. Sus fuerzas de
seguridad impiden la entrada al territorio a la prensa extranjera y a
observadores internacionales, tampoco de los altos representantes de Naciones
Unidas, mientras cometen atrocidades contra manifestantes pacíficos y
defensores de derechos humanos. Todo esto sucede en un territorio oficialmente
bajo supervisión de la ONU.Marruecos, con la complicidad de España, sigue
rechazando el control de los DDHH por la
Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (MINURSO)
que es hoy, la única misión de paz de la ONU sin competencias en materia de
Derechos Humanos. Esta supervisión es reclamada por organismos nacionales e
internacionales de derechos humanos, y
considerada por el mismo Secretario General de la ONU “urgente y necesaria”.
Ante esta grave
situación, EXIGIMOS a Marruecos la liberación de los presos políticos saharauis,
que respete el Derecho Internacional. A la ONU que amplíe las competencias de
la MINURSO a la protección de los DDHH y la celebración del referéndum de autodeterminación en el Sahara
Occidental. Y al gobierno español que, como potencia administradora del
territorio, lidere la búsqueda de una solución justa y duradera que ponga fin
al conflicto del S.O
Saludar, también,
al heroico pueblo palestino que,
desde 1948, resiste contra la ocupación militar de su territorio. Más de 66 años de violación de derechos humanos, de crímenes de guerra,
de masacres masivas de civiles inocentes y de humillaciones cotidianas por
parte del estado de Israel.
Con horror hemos presenciado las terribles masacres de
civiles que se repiten cíclicamente en Gaza. Recordamos las de 2008-2009 y la
de 2012 (con más de 1500 víctimas), o la más reciente del pasado verano, donde
fueron asesinadas más de 2100 personas (la gran mayoría civiles y niños). El
gobierno sionista arrasó viviendas, hospitales, escuelas de la ONU utilizadas
como refugio; destruyó los servicios básicos de abastecimiento de agua y la
central eléctrica, utilizó armamento prohibido por las legislación
internacional, sembró el terror y el horror sobre una población acorralada e
inocente que vive en la mayor cárcel del mundo al aire libre.
Y todo ello sin ser debidamente penalizado, con el
silencio cómplice y miserable de los gobiernos occidentales.
¡No es una guerra, es un genocidio! Es paradójico que un estado creado por la ONU se niegue
a cumplir una larga lista de otras resoluciones. Israel es el país del
Apartheid y del racismo que sigue construyendo colonias exclusivas para judíos
sobre territorios robados. El fundamentalismo sionista aniquila, arrebata
tierras y aguas, e impide la libre circulación de la población palestina,
con el claro propósito de consumar la limpieza étnica del pueblo palestino.
Condenamos la inacción, el silencio, el doble rasero y
la complicidad de los dirigentes españoles y europeos que, en lugar de
presionar eficazmente a Israel para que ponga fin a sus crímenes, convierten al
país sionista en socio privilegiado en los ámbitos comercial, académico y
militar. Denunciamos a nuestros gobiernos por la reactivación de los acuerdos
armamentísticos con Israel.
Al mismo tiempo que nos alegramos del reconocimiento
del Estado Palestino, exigimos sanciones contra el estado sionista mientras no
cumpla con las resoluciones de la Asamblea de Naciones Unidas y el Derecho
Internacional.
Exigimos a las instituciones canarias y nacionales que
no disfracen como intercambio cultural su complicidad con las políticas
israelíes de apartheid, castigos colectivos, incumplimiento de las leyes
internacionales y violación de los Derechos Humanos.
Hacemos un llamamiento a la sociedad canaria a sumarse
a la campaña BDS internacional: Boicot a los productos israelíes, fin de la
colaboración de las instituciones y empresas canarias con el Israel del
apartheid. No más disfraces de intercambio cultural.
Exigimos el cumplimiento del derecho internacional
humanitario y la apertura de las fronteras que permita el acceso de ayuda de
emergencia y de reconstrucción a la Franja de Gaza.
Exigimos el fin de la ocupación israelí, el retorno de
los refugiados a sus lugares de origen, la libertad de los presos políticos, y
el derecho del pueblo palestino a tener un estado propio, independiente y
soberano.
Por último, en este 10 de Diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos,
apoyamos las luchas de los pueblos
hermanos de América Latina que no desmayan en la defensa de su soberanía y
conquistas sociales y políticas, arrebatando espacios a los imperialismos
estadounidense y europeo, conquistas iniciadas por la Revolución Cubana ,
que, pese al bloqueo económico y cultural impuesto por EEUU hace más de 50
años, hoy da ejemplo de solidaridad internacional enviando 265 profesionales médicos
a combatir el ébola en Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry. Ellos se suman a
los más de 4000 profesionales internacionalistas que prestan servicios en África
y a los más de 50 mil que lo hacen en 66 países del mundo. Saludamos también aquí al proceso
bolivariano de Venezuela, como vanguardia de la integración
latinoamericana, que construye una alternativa frente a la subordinación de ese
continente a los imperialismos de EEUU y Europa.
En
este día, queremos denunciar la situación que se vive en buena parte de las
prisiones cercanas y lejanas, donde los derechos son permanentemente
menoscabados. Reclamamos la aplicación de los derechos humanos en las cárceles.
Caso especial es la base-prisión de Guantánamo
–territorio usurpado a Cuba-, lugar de secuestro de cientos de personas, rehenes
de Estados Unidos, al igual que Los 5
cubanos revolucionarios, tres de los cuales permanecen en cárceles
estadounidenses por combatir el terrorismo. Exigimos la libertad de Los 5 y la de
todas las personas que, por motivos políticos, están presas en manos de Estados
opresores de los pueblos.
La defensa de los
derechos humanos nos impulsa a luchar por un
nuevo sistema social que sí esté en condiciones de garantizar los derechos como
trabajo, vivienda, educación, cultura, salud, cooperación, desarme y paz.
Lucharemos para que las grandes mayorías tengan, más pronto que tarde, el poder
de decisión, avanzando por la senda de hacer universales los Derechos Humanos,
por la senda de la libertad y soberanía de los pueblos.
Las Palmas de Gran
Canaria a, 10 de Diciembre de 2014
Colectivos promotores: Asociación Canaria de Solidaridad con el
Pueblo Saharaui, Canarias por Palestina, Plataforma Canaria de Solidaridad,
Asamblea Popular de Gran Canaria, Comunidad
Saharui en Canarias y La Coordinadora Sindical Canaria de Apoyo al Pueblo
Saharaui.
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